Blanca Eekhout Gómez

Blanca Eekhout

23.Jun.2014 / 08:27 pm / Haga un comentario

Foto: Archivo

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Blanca Eekhout (Acarigua, 1968) participó desde muy joven en las luchas sociales de su país y colaboró estrechamente con el presidente Hugo Chávez. Diputada por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), participó en Bilbao en un encuentro de solidaridad con la Revolución Bolivariana. Denuncia los intentos fallidos de EE.UU de criminalizar y aislar a Venezuela y de convertirla en un «falso positivo» para dar una lección a toda América Latina.

Las protestas antigubernamentales han amainado. ¿Cuál es la situación actual en Venezuela?

Han disminuido tremendamente, aunque siempre han tenido lugar en sitios muy específicos y no se han diseminado por todo el territorio. Se han dado en municipios controlados por la oposición y urbanizaciones de clase media-alta. Ahora son acciones terroristas, pero ya no hay actividad que permanezca como foco, porque está muy mal visto por más del 95% de la población. Nunca lograron provocar situaciones de confrontación entre ciudadanos. Por eso, el esfuerzo del presidente (Nicolás Maduro) por llamar al diálogo fue muy bien visto por la gran mayoría.

¿En qué fase se encuentra el diálogo con la oposición?

El presidente convocó en diciembre de 2012 al diálogo, al que se sumaron diferentes sectores. Los partidos de la oposición tardaron casi 40 días en aceptar la propuesta, y una vez sentados recibieron inmediatamente una llamada de EE.UU y se levantaron. Pero para la ciudadanía ha quedado el espacio de diálogo como un espacio abierto, permanente, en el que están todos los sectores.

¿Se ha reducido el descontento?

Hay que hacer historia. Tras la victoria extraordinaria en 2012, en un momento delicado por el estado de salud de Hugo Chávez y ataques económicos muy fuertes, vino una tragedia, su desaparición física. En medio del dolor y de una campaña tremenda para dividir el Partido y el pueblo, se logró la unidad y afrontamos otra elección, en la que el pueblo votó por el candidato de la Revolución Bolivariana. Inmediatamente la derecha descalificó el proceso electoral y desató una arremetida violenta. Cuando me preguntas por el descontento, te puedo decir que ese proceso electoral de diciembre de 2013 que se ganó en 20 de 23 gobernaciones y en el 76% de las alcaldías, la derecha quiso convertirlo en un plebiscito sobre (el presidente) Maduro y su triunfo fue por más de 12 puntos. A pesar de la difícil situación en la que las mayorías, los más humildes, están más afectados por una guerra económica muy intensa, el pueblo nunca ha tenido una actitud de confrontación y el presidente llamó al diálogo. Hemos tenido muchas dificultades: golpes de Estado, paro petrolero, guarimbas, presencia de paramilitares colombianos uniformados que querían matar a Chávez e iniciar una guerra civil con el objetivo de propiciar una intervención extranjera… La respuesta ha sido una mayor identidad del pueblo con la Revolución Bolivariana.

Ha mencionado el acaparamiento para generar desabastecimiento de productos básicos, una estrategia que recuerda al Chile de 1973. ¿Se ha subsanado ese problema?

Los gringos decían que iban a hacer crujir la economía chilena y es lo que han intentado con el pueblo venezolano. Nos hemos enfrentado a una guerra económica que ha utilizado distintos mecanismos, uno de los más brutales, el sistemático contrabando de extracción hacia Colombia y las Antillas y el intenso acaparamiento para generar el desabastecimiento y especulación. Si no hubiera sido por las medidas tomadas por el Gobierno nuestro país estaría pasando hambre. Estamos cambiando un modelo económico basado en la renta para convertirlo en un modelo productivo. Veníamos de un modelo en manos de una oligarquía absolutamente parasitaria, improductiva, que saqueaba las riquezas petroleras y nunca desarrolló la industria. Nuestro Estado es un Estado que heredamos, que sigue siendo el mismo viejo Estado con parte del funcionariado que viene de la IV República, y eso ha hecho que las transformaciones profundas sean muy lentas. Lo que hizo Hugo Chávez Chávez y continúa haciendo Nicolás Maduro es incorporar masivamente al pueblo en misiones para saldar las deudas históricas en salud, educación, alimentación y vivienda.

Ahora que las protestas han perdido fuerza se ha denunciado un nuevo plan de magnicidio. ¿Urdido por quién?

El magnicidio ha estado presente durante los 15 años de nuestro Gobierno. Antes del presidente Maduro se habían detectado y frustrado varios planes magnicidas. Los mismos que estuvieron vinculados a la presencia de paramilitares han estado vinculados a este plan. Hemos tenido una escalada muy intensa desde el 12 de febrero hasta hoy con declaraciones del Departamento de Estado de EE.UU, de Barack Obama, de Joe Biden, de John Kerry… No solo pretendían aislarnos, sino impedir que pudiéramos defendernos de una agresión planificada. En paralelo , hemos capturado mercenarios estadounidenses, colombianos, europeos, narcotraficantes con código rojo que han estado en esos focos, hemos encontrado cargamentos de explosivos y armamento, se ha detectado un plan que pretendía en menos de uno o dos meses echar por tierra la República. Querían una situación de guerra. Esto siempre estuvo acompañado de un discurso dirigido al asesinato del presidente Maduro. Lo hicieron con Chávez durante muchos años, pero se intensificó nada más llegar Maduro al poder. Las denuncias permitieron el seguimiento en las redes sociales de algunos personajes que habían estado involucrados en los actos del 12 de febrero y se detectó el vínculo con el embajador de EE.UU en Colombia. No había solo el plan de magnicidio, sino que además se había contactado ya a un sector de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Bolivarianas que fue detenido, que iba a estar involucrado en el golpe de Estado. Se logra conocer cómo les habían contactado diputados, cuál era el plan que tenían, cómo lo iban a ejecutar y cómo la muerte de Nicolás Maduro iba a generar el clima que se necesitaba para echar por tierra al Gobierno bolivariano y propiciar la intervención de EE.UU.

¿Sin el apoyo de EEUU la oposición no tenía esa capacidad?

EE.UU ha estado siempre vinculado de manera directa, en su financiación y articulación; es el que organiza, convoca y une a todos esos sectores que estaban muy divididos. Las órdenes llegan de EE.UU. El año pasado expulsamos a algunos funcionarios de la Embajada de EE.UU que habían estado trabajando en zonas y sectores estratégicos, como las universidades autónomas con financiamiento, becas… Hemos vivido experiencias dramáticas con quema de universidades y ataques a quienes se les reconocía como estudiantes de izquierdas que no querían sumarse a las protestas y a gente que se desmarcó de la derecha. Acciones fascistas, brutales, inéditas en el país, y ahí vemos la marca de EEUU. Ha habido un daño patrimonial, pero sobre todo un daño a la siquis de quienes han estado ligados a las acciones violentas. No se ha desatado una violencia brutal porque la mayoría del pueblo no ha participado. Ninguna persona asociada al movimiento de liberación puede ser acusada de haber atacado a opositores.

¿Por qué ese especial interés en Venezuela?

En Ecuador hubo también un intento de golpe de Estado, pero Venezuela tiene las reservas petroleras más grandes del mundo y geopolíticamente está ubicado en un lugar estratégico. Al margen de eso, Venezuela ha sido un ejemplo de que se puede gobernar con dignidad al servicio del pueblo. EE.UU gobernó Venezuela durante casi un siglo, era dueño de nuestro petróleo y mantuvo al país en una situación de pobreza extrema. Venezuela no solo ha asumido su independencia y planteado la construcción del socialismo, ha roto con las cadenas de control que EE.UU tenía sobre nuestro país. Pero lo más duro para EE.UU es el papel que ha jugado Venezuela en la integración latinoamericana, en la construcción del ALBA, la CELAC, la UNASUR. Atacar a Venezuela es dar una lección a todos estos países que han asumido las banderas de la soberanía y de la unidad latinoamericana. EE.UU pretende convertir a Venezuela en una especie de `falso positivo’. Sancionar, criminalizar, aislar a Venezuela es una forma de dar una lección a toda América Latina y, además, acallar una de las voces más activas en la defensa de los derechos de los pueblos. También es una venganza personal de EE.UU porque Chávez se atrevió a ir a Naciones unidas y denunciar abiertamente la política norteamericana. Forma parte la agenda de guerra que EE.UU tiene para el mundo en medio de su propia crisis y del desarrollo de una de las fases más bárbaras del capitalismo.

Venezuela impulsó un proyecto de medios comunitarios. ¿Qué papel juegan en la guerra mediática contra la Revolución Bolivariana? ¿Qué capacidad tienen para contrarrestarla?

Se impulsó el desarrollo de la comunicación alternativa y comunitaria desde el proceso constituyente, en 1999, al considerar la comunicación un derecho humano, el derecho a que el pueblo no sea mero espectador sino protagonista. Veníamos de la comunicación de resistencia y con la revolución bolivariana se habilitan más de 25 televisiones, más de 300 radios, miles de periódicos impresos… Ese auge ha tenido momentos fuertes y débiles y desde la Asamblea se está impulsando la Ley de Comunicación del Poder Popular para que el Estado garantice un apoyo permanente a su creación y existencia. Se trata de garantizar que los distintos sectores sociales tengan plataformas de comunicación que respondan a sus dinámicas y luchas. No puede haber democracia participativa si el pueblo no tiene derecho a comunicarse. Los medios comunitarios, aunque con enormes debilidades, son importantes y en el golpe de 2002 fueron vitales en medio de esa mentira mediática. Pero más importante que los medios es el pueblo en comunicación y el nuestro es un pueblo comunicador en su mayor parte, aunque otra parte también es víctima de esas campañas mediáticas de odio y satanización.

¿Qué importancia tiene la solidaridad internacional para un proceso como el bolivariano?

Es determinante, porque la campaña internacional en contra de la Revolución bolivariana, con sus mentiras, es una de las más grandes que hayamos vivido. Ni siquiera con el presidente Chávez tuvimos una campaña tan intensa, sistemática y brutal. En América Latina, hay un concierto de 81 medios para delinquir en contra de Venezuela. La solidaridad es la única voz que tenemos y es determinante. Nosotros no podemos competir de ninguna manera con los medios internacionales, ellos tienen el poder mediático y controlan las redes sociales. Podemos hacer esfuerzos para romper el cerco, pero es una mentira con tanta fuerza que si a nivel mundial no hay solidaridad militante de compañeros que sean voceros de la realidad de Venezuela se instalará como una verdad.

 ¿Cómo encaró y encara el chavismo la ausencia de Hugo Chávez? ¿Ha habido que reformar estrategias?

 Nicolás Maduro arrancó su mandato llamando al Gobierno de calle. Fue un esfuerzo gigantesco en medio de la guerra económica y de todos los intentos de fractura, magnicidio, división de nuestras fuerzas… Salió a la calle a visitar todas las regiones y pueblos al entender que había que construir un nuevo sistema de Gobierno, ya planteado en la última fase de Gobierno de Chávez, para garantizar la eficiencia y romper con el Estado burocrático; y la forma de hacerlo era yendo al pueblo y buscando soluciones con todos los actores de la sociedad. Fue uno de los momentos más difíciles de nuestra historia política, pero fue extraordinario y logramos fortalezas políticas que nunca había tenido la izquierda. Hemos avanzado mucho en el terreno político. Pero el pueblo venezolano había logrado tal nivel de identidad con Chávez que el presidente Maduro convocó a todos los sectores y salió a la calle, aunque con gran limitación ahora por el plan de magnicidio, y también ha hecho un esfuerzo para mantener la unidad cívico-militar. Los golpistas creyeron que sin Chávez no iba a haber respeto por las Fuerzas Armadas, intentaron sembrar dudas sobre la revolución y el Gobierno, pero sobre todo realizaron una campaña brutal para descalificar al presidente Maduro por su origen obrero.

¿Y cómo ha afectado a la integración latinoamericana?

No creo que le haya afectado, tal vez ha ralentizado algunos procesos. A Venezuela, como hace 200 años, le toca seguir siendo un activador. Obviamente Chávez era un motor en ese proceso y al presidente Nicolás Maduro se le ha tenido muy aprisionado. Parte de la estrategia gringa es tensar la situación en Venezuela para no dejarle salir del país y contener esa fuerza dinamizadora en la unidad latinoamericana. Quieren acallarla para echar por tierra todo lo que se ha hecho, pero superado ese intento, lo que viene es unidad latinoamericana. Creyeron que con la desaparición física de Chávez caía la Revolución, pero no solo logramos la victoria sino que Maduro ha demostrado tener la inteligencia y el coraje para enfrentar a los gringos. Creo que en este momento vamos a una fase de avance de la Revolución Bolivariana y de la integración latinoamericana.

Fuente: Diario Gara

 

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