Blanca Eekhout Gómez

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22.Ago.2010 / 06:43 pm / Haga un comentario

Hugo Chávez en la Graduación de Activadores a la Licenciatura en Educación, Mención Desarrollo Cultural. Teatro Teresa Carreño. 21 de julio de 2010.

Esto es 24 de mayo de 1828. Bolívar ya estaba batallando duro, tratando de salvar la patria. Y entonces convoca la Convención de Ocaña tratando de hacer una Constitución. Fracasó, lo saboteó Santander y un conjunto de traidores, tanto de la Nueva Granada como de Venezuela.

Entonces estaban en Bucaramanga que estaba cerca de Ocaña, un pueblito colombiano, una ciudad colombiana. Él se desplazó a Bucaramanga para estar pendiente de los acontecimientos de la Convención. Y allí estaba con un grupo de sus más cercanos generales y oficiales y uno de ellos, un militar francés llamado Luis Perú de Lacroix; el coronel Lacroix, francés.

Él se vino a luchar aquí y era como edecán de Bolívar, era intelectual y escribía. Entonces Perú de Lacroix escribió el “Diario de Bucaramanga”, las conversaciones que él sostenía y que ellos, el pequeño grupo, sostenía todos los días con Bolívar: a veces desde la hamaca, a veces iban a misa, salían a caminar por el campo, salían a caballo, iban a bañarse al río, esperando, recibían noticias, jugaban cartas por la noche. Dicen que a Bolívar no le gustaba perder, se ponía furioso cuando perdía y le echaba la culpa al compañero. Cantaban. Un día lo consiguió llorando.

Entonces, fíjate lo que dice Bolívar un día 24 de mayo, lo que escribe Perú de Lacroix. Esto es escrito casi en vivo: él hablaba y anotaba. No había grabadores, no había esos recursos de hoy, pero él escribía. Era como si un periodista estuviera entrevistando a alguien. Vamos a ver una paginita del día 24 de mayo de 1828:

“Los correos de Bogotá, del Sur y de Venezuela, llegaron esta mañana, y las cartas particulares, así como las comunicaciones, hablan todas del estado de efervescencia de aquellos países y de la Convención y contra los individuos del partido santanderista que se hallan en las provincias. Toda la mañana y por la tarde el Libertador estuvo ocupado en leer y contestar la multitud de cartas que había recibido, y en la comida habló de su contenido.

Después habló de la servidumbre del pueblo, siempre oprimido por los militares, clérigos, abogados y doctores y dijo que eso sucedería aún con la Constitución más democrática, por que depende de la poca educación y de las costumbres; que en Colombia hay una aristocracia de rango, de riqueza y de empleos, equivalente por sus pretensiones a la aristocracia de título y de nacimiento en Europa; pero que las leyes y la educación irían poco a poco estableciendo el equilibrio social”.

Bolívar decía, ‘oye el estado de esclavitud en que está el pueblo’. Y por eso es que lo mandaron a matar y lo echaron. Él quería libertad al pueblo de verdad, no sólo los esclavos que eran esclavos-esclavos, sino al pueblo, la esclavitud de la pobreza, de la miseria. Entonces él se quejaba ahí con sus compañeros.

Él estaba claro que no se trataba de escribir constituciones. No se trata sólo de escribir constituciones sino de llevarlas a la realidad. Es decir, de hacer una verdadera revolución social, económica, política. De eso se trataba y de eso se trata hoy.

Mira lo que dice Bolívar aquí:

“En toda Colombia hay una aristocracia de rango, de empleos y de riqueza, equivalente por su influjo, por sus pretensiones y peso sobre el pueblo a la aristocracia de títulos y de nacimiento, la más despótica de Europa.”

Lo trituraron porque se quedó sin pueblo. Oído al tambor. Aquella aristocracia logró confundir al pueblo y  Bolívar se quedó solo y cuando se quedó solo lo destrozaron. Por eso esta burguesía trata.

Lejos estoy de compararme con el Padre Bolívar. Yo soy apenas un microscópico ser, un microscópico soldado delante del gigante Bolívar. Pero la estrategia es la misma. La burguesía trata de dejar a Chávez solo para liquidarlo, para pulverizarlo. La estrategia es la misma sólo que ahora parece que no lo han logrado y yo creo que no lo van a lograr porque hay un pueblo culto. La Misión Cultura, un pueblo que despertó, un pueblo consciente, cada día más unido, más sólido. Yo así lo veo, así lo creo y tengo la esperanza de que este pueblo más nunca se dejará engañar por nadie ni por nada. Por tanto será libre y aquí tendremos una patria verdadera.

Descargue en formato PDF: Diario de Bucaramanga. Perú de Lacroix

 

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